ARTICULO SEGUNDO.
Hacemos un viaje hacia atras?
El nacimiento del Belcanto nos lleva hasta el 1600 y a uno de sus mayores exponentes, Giulio Caccini.
Caccini sostenia que el buen canto tenia que tener estas caracteristicas: voz llena y natural, ductilidad en el fraseo, buena entonacion, fantasia en el enriquecer la linea melodica con las “famosas variaciones”, sottolineatura (subrayado) de los significados.
Me gusta recalcar este concepto cuando enseño: la palabra es el vehiculo de los significados y de las ideas que almacenamos a lo largo de nuestra vida. La palabra tiene esa funcion en nuestra dialéctica cotidiana. No es un contenedor estéril sino vivo, critico y a veces provocatorio de nuestra lectura del mundo y de la vida.
Y tendríamos que aspirar a eso cuando cantamos: a que nuestras palabras resulten no solo llenas, sino comprometidas con la vida.
Esto no seria posible si no desarrollarámos una sensibilidad estética. Esa sensibilidad se alimenta con el amor verdadero. Y qué es el amor verdadero en una profesión?
Es el resultado de una abnegación y una dedición al estudio amplios y constantes. Pero no al estudio que se reduzca, en nuestro caso, a la tecnica del canto solamente. Se necesita una abertura hacia todas las demas artes porque son manifestaciones de la evolución del hombre y no podemos prescindir justamente del hombre para seguir contribuyendo a darle voz a la humanidad.
Si contemplamos de manera integral todos estos elementos, que resumiría en compromiso, dedicación, responsabilidad, constancia, mesura, lucidez y voluntad, mi opinión es que todos podemos adquirir una buena tecnica vocal pero lo que verdaderamente tendría que prevalecer entre nuestros objetivos es tener algo interesante para decirle al mundo. Algo en lo que nos identifiquemos individual y socialmente.
Hay muchas escuelas de canto, y cada instrumento vocal presenta caracteristicas que tienen que ser evaluadas con pericia por parte de un maestro y son caracteristicas que van desde los aspectos morfológicos y fisiológicos del órgano laringeo, hasta todos aquellos que influencian la psicología del alumno, como el contexto social, el lugar de provenienza: el bagaje que cada uno trae.
Hay tecnicas que parecieran preferir la laringe alta, otras la laringe baja… Si escuchamos a tenore ligeros como Tito Schipa o Matteuzzi, y luego algunos de la escuela de Mario del Monaco o Giuseppe Giacomini, podemos ver que en muchos casos cantaban obejtivamente de manera distinta.
En definitva, cada uno encontrará su proprio equilibrio y escogerà aquella emision que le resulte fisiologica en virtud de todos esos parametros. A un niño le diria que lo que necesitamos es esa tecnica que se convierta en el tobogan del alma.
Encontrar la técnica correcta (que significa “enfocar” la propria voz y que los franceses llaman placement) permitirà a nuestras emociones expresarse con fluidez, con facilidad, con impulso, con gracia, sin fricciones.
Y todo esto por un motivo meramente estetico?
No. La estetica no deberia nunca valer mas del contenido, como en todos los ordenes de la vida, pero en este caso se vuelve crucial porque debe resultar “al servicio” del contenido.
Y el contenido en este caso es nuestra vida misma, la vida que podamos de manera ponderada donarle a las palabras y a cada uno de nuestros silencios, orgánicamente.
Sergiu Celibidache decia poéticamente que la musica no se convierte en algo, pero que todo se puede convertir en música . Eso respondia a la teoria que la diferencia entre sonido y música está en el hecho de que cuando logramos hacer musica, todos los elementos, ritmo, melodia, armonia, tiempo, todos conviven, y lo hacen de manera armonica.
La tecnica es el instrumento que nos permite acceder a eso! A esa maravilla del Melos, y los invito a buscar qué pensaban Aristoteles, Platon y el mismo Wagner, del Melos!
Solo de esta manera nuestro canto se volverà necesario y una bendicion para quien nos escuche, una vibracion de amor puro, una manera de seguir naciendo cada dia un poco mas.
En el próximo artículo nos adentramos en los recursos del Belcanto? Los espero!
Englis version
Shall we take a trip back?
The birth of the Belcanto takes us to 1600 and to various composers. One of them was recognized as one of the greatest exponents and I mean Giulio Caccini.
Caccini believed that good singing needed to have these characteristics: full and natural voice, ductility in phrasing, good intonation, fantasy in enriching the melodic line with the “famous variations”, “sottolineature” (underlined) of the meanings.
I like to emphasize this concept when I teach: the word is the vehicle of the meanings and ideas we gather all along our lives. The word has that function in our daily dialectics. It is not a sterile container but alive, critical and sometimes provocative tool that help us expressing our “reading” of the world and life.
And we have to achieve that when we sing: that our words are not only full of life, but committed to life.
This is possible if we develop an aesthetic sensitivity.
That senstivityi is nourished by true love. And what is true love in our profession?
It is the result of broad and constant study, not only focused on the technique of singing. We need to be open to other arts because they are manifestations of our evolution, We can’t forget it if we want to give voice to our multifaceted reality.
If we look at all these elements in an integral way, which I would summarize in commitment, dedication, responsibility, constancy, measure, lucidity and will. We can all acquire a good vocal technique but what should prevail among our objectives, it’s having something interesting to tell the world.
There are many singing schools, and each vocal instrument has characteristics that have to be evaluated with expertise by a teacher
( from the morphological and physiological aspects of the larynx organ, to the psychological aspects, such as the social context, the place of origin: the background that each student brings).
There are techniques that bring the attention on the upper larynx, others on the lower larynx… If we listen to light tenors like Tito Schipa or Matteuzzi, and then to Mario del Monaco or Giuseppe Giacomini, we can see that they sang extremely differently.
In short, each will find his/her own balance and choose the emission that is physiological to him/her by virtue of all those parameters. To a child I would say: the technique we need is the one that becomes like a slide for the soul.
To find the right technique (that helps us to put in “focus” our own voice, which the French call “placement”) allows us to express our emotions with ease, with impulse, with grace, without friction.
And all this for a purely aesthetic reason?
No. Aesthetics should never be worth more of the essence, as in all the orders of life. In this case it becomes crucial because it must be “at the service” of that essence.
And the essence in this case is our very life, the life we can put in every word and in every silence – organically.
Sergiu Celibidache said that music does not become something, but that everything can become music. When we make music, all the elements (rhythm, melody, harmony and time) coexist magically.
The technique is the key that allows us to access to the wonder of Melos, and I invite you to elaborate on what Aristoteles, Platon and Wagner wrote about this topic.
In this way our singing will become necessary, a blessing for those who listen to us, a vibration of pure love, a way to keep renewing ourself every day…a little more.
See you in the next article!